Muy cerca del casco antiguo, junto al Fluvià y el Toronell, se encuentra una zona de pequeños huertos cultivados por la gente del pueblo, separados por muros de piedra. El recorrido al lado de los huertos forma parte de un itinerario pedestre del Parc Natural, que nos permite descubrir, además de la pared basáltica, elementos de arqueología industrial. Se trata de canales y esclusas que desvían el agua a las fábricas de Can Mulleras y Can Xaudiera (Montagut) para producir energía hidroeléctrica.
Si nos alejamos un poco del casco antiguo llegaremos al pie del campanario dedicado a Sant Roc, el reloj del cual marca el ritmo de la vida del pueblo.
El municipio dispone de numerosas plazas y espacios abiertos donde los niños pueden jugar y los mayores reposar. Un buen ejemplo es la Plaça de Catalunya, construida recientemente y que se ha convertido en un lugar de reunión habitual.
Durante el verano, la piscina, abierta a todo el mundo, permite al visitante refrescarse en un día caluroso y sirve de zona de recreo para pequeños y mayores.
